Monitorización de colmenas

Pantalla del monitor de colmenas

La monitorización de colmenas es un procedimiento mediante el cual se pueden conocer a distancia diversos parámetros relativos a la vida y salud de una colonia de abejas. Consiste en la instalación -no invasiva- de una serie de sensores y dispositivos en puntos clave de la colmena, de forma que podamos obtener datos como la temperatura y humedad interior y exterior, el peso y un contador de abejas que salen y entran diariamente en la colmena.

Todo esto es posible gracias a tecnologías diseñadas para este tipo de proyectos, y que cuentan con una amplia gama de microprocesadores, sensores periféricos, conectividad a Internet, y que a su vez son compatibles con sistemas electrónicos complementarios. En cuanto al software, a través de un entorno de programación se crea un programa que nos enviará todos los datos obtenidos de los sensores por Internet a una base de datos, una app móvil y/o una página web, todo en tiempo real.

Mediante el análisis del espectro de audio el apicultor, a partir de ciertos patrones de frecuencia, puede conocer y prevenir determinadas anomalías en la colonia que pueden afectar a su salud.
Mediante un analizador de color se puede detectar la presencia de avispas que pueden representar una seria amenaza, actuando mediante mecanismos sobre la piquera y evitando que la avispa invada el interior y destruya la colonia.

Para mantener en línea una colmena monitorizada, se necesita básicamente proveerla de conexión a internet y alimentación eléctrica, ambos de forma ininterrumpida. Cuando se trata de una colmena monitorizada en zona urbana resulta más sencillo, pues normalmente se dispone de suministro eléctrico cercano, y la conexión a internet puede ser vía WiFi o Ethernet. En zonas remotas también es posible, usando una placa fotovoltaica para proveer de energía y un módulo GPRS/3G/4G para establecer la conexión a Int

Picking

En este post mostramos la operación de picking, primer paso para la cría de reinas.

El equipo:

En esta ocasión seleccionamos como caja destinataria para las realeras una que, de modo natural, había quedado huérfana.

Colocamos el cuadro con las realeras y lo dejamos un par de horas para que se impregne del olor de la colmena. Cuando lo extraemos está recubierto de obreras (las cepillamos).

Preparamos la jalea real diluyéndola con un poco de agua. Pondremos un poco en el fondo de las realeras.

El cuadro con cría que hemos extraído de una caja con buena salud.

Buscamos larvas jóvenes.

Las extraemos de una en una, con el cuidado de un orfebre…

.. y las colocamos en cada una de las realeras.

Cuando todas las realeras tienen una larva, colocamos el cuadro en la caja destino. (y el cuadro con cría en la caja de origen)

¡A esperar que las acepten y cuiden!

Estudiar las abejas con tecnología radar

(Antena que colocan a las abejas para estudiar su comportamiento en el instituto de investigación Rothamsted Research, en el Reino Unido.)

La primera vez que Stephan Wolf vio en detalle un panal de abejas abierto quedó absolutamente maravillado. Fue en 2011, cuando empezaba sus investigaciones en el instituto de investigación agrícola más antiguo del mundo, Rothamstead Research, en el condado de Hertfordshire, Inglaterra. Todas las abejas volaban a su alrededor, el zumbido era ensordecedor. Y ahí estaba frente a él esa fascinante minisociedad. “Es como un milagro”, cuenta en conversación telefónica desde Londres, “resulta impresionante ver lo bien que están organizadas las abejas; sus capacidades cognitivas son extraordinarias”. El joven investigador alemán, de 34 años, ahora instalado en la Queen Mary University londinense, lleva nueve años dedicado a estudiar el comportamiento de estos insectos.

  • Una abeja obrera que recoge néctar hace normalmente entre 7 y 13 viajes por día.
  • Emplea entre 27 y 45 minutos en cada uno de esos desplazamientos.
  • Puede visitar entre una y 200 flores en cada viaje..
  • La velocidad punta de una abeja obrera es de 29 kilómetros por hora.
  • Es capaz de recorrer hasta 804 kilómetros a lo largo de su vida.
  • Las abejas viven entre cuatro y seis meses en invierno y entre 28 y 35 días en primavera y verano.

(fuente: http://sociedad.elpais.com/sociedad/2014/06/27/actualidad/1403891384_268823.html)

La muerte de las abejas

Hace unos días salió en varios medios (La Vanguardia, Rac1) unas declaraciones de un apicultor de Girona hablando de sus problemas con la velutina, que venia encabezado con un titular que venia a decir «la velutina acabará con las abejas»

Lo siento… me indigna:
me indigna, por que, según he leído en otros medios sobre esa entrevista, el apicultor habla del peligro que supone hacia las abejas silvestres, en su zona (o donde afecta la Velutina). Hay que recordar o dar a conocer que la velutina viene de un clima subtropical cálido, con altas pluviometrías (superiores a 1.000 mm /año) por esta razón su distribución por la cornisa Cántabra ha sido tan rápida, llegando en pocos años a extenderse desde los pirineos catalanes hasta Finisterre.

En Catalunya la detección más al sur fue en Vacarisses en el 2014, hace 3 años y en la Serra de Tramuntana en Mallorca (pluviometría superior a la del mediterráneo general, orientación oeste). Esto nos abre a la esperanza de que su expansión está siendo frenada por las largas sequías mediterráneas.

La abeja representa aproximadamente el 60% de la alimentación de la cría (la avispa adulta come fruta madura y néctar) formando parte de su dieta libélulas, otras avispas, moscas, etc. por tanto, sí que es una amenaza, sobre todo para los colmenares pequeños, ya que un nido de velutina se enfocará en menos colmenas y sí puede hacerlas morir, pero la mayoría de colmenares en la península tienen entre 30 y 80 colmenas (los he visto de más, pero por suerte, creo que el limite de 80 colmenas rige)

Con todo esto. expongo:

  • -las abejas están en muy serio peligro, estamos de acuerdo.
  • -los apicultores vemos con desesperación pérdidas de más del 30% de nuestras colmenas, que no conocen otra primavera, nos encontramos el camino de las colmenas plagados de abejas muertas con la lengua fuera, colmenares repletos de la temible varroa,…
  • -y luchamos con ellas, y lloramos, y pensamos una vez más a ver si esto ayudará a nuestras amadas a llegar con alegría a una nueva primavera.
  • -pero los campos ya no son amigos, cualquier cultivo tiene asociado la aplicación de innumerables fórmulas químicas (en España hay aprobados más de 300 agrotóxicos nocivos para las abejas)
  • -y cualquier flor, puede significar la muerte de la abeja dispuesta a amarla.
  • -pero eso mueve la economía … y no se muerde la mano que alimenta.
  • -los medios defienden los derechos de sus anunciantes, y en este caso, la Vanguardia y Rac1 (propiedad del grupo Godó, nombrado «el protegido del Pujolismo») han creado una buena cortina de humo.
  • -las abejas desaparecen, lo sabe todo el mundo.
  • -nuestra existencia está íntimamente vinculada a ellas, eso lo sabe la mayoría.
  • -y el ‘porqué mueren las abejas’, eso lo sabemos unos pocos, pero no es bonito escucharnos.

las abejas, como trataré en otro escrito, desaparecen por los hábitos y costumbres de esta sociedad que vive en la inmediatez, las políticas agrárias, los NEONICOTINOIDES re-aprobados hace poco por la Comunidad Europea. Y mueren por los tratamientos de la mosca del olivo con DIMETOATO.

PERO LOS FABRICANTES DE ESOS PRODUCTOS GASTAN CASI TANTO DINERO EN CONVENCER POLÍTICOS COMO EN PUBLICIDAD, y eso es lo que alimenta a estos grupos que ya no son de información, si no de opinión. De opinión interesada.
Y eso me cabrea.

El Pastor d’Abelles

aqui la muestra
http://www.lavanguardia.com/natural/20170127/413726270840/avispa-asiatica-vespa-velutina-extincion-abejas.html

Salvem les abelles urbanes

«Salvem les abelles urbanes»
La Vanguardia 7/1/17

Hem començat el 2017 amb un reportatge de tres planes a La Vanguardia on s’esmenta el nou servei de recollida d’eixams d’abelles de la mel a la ciutat de Barcelona.
La noticia, redactada per Domingo Marchena, fa una entrada al tema al més pur estil de primer capítol de Netflix, ritme trepidant i afirmacions concloents que ens mouen: “una plutocràcia piramidal i aristocràtica de castes”, “la classe obrera treballa fins a l’extenuació i mort esgotada després d’una vida curta”.
La resta del reportatge manté una intensitat narrativa alta que va enllaçant amb informació i explicacions molt acurades. Cosa que, sortint a un diari de gran difusió, constitueix una gran noticia per als que defensem les abelles i les volem veure amb més llibertat als carrers de les nostres ciutats.
No obstant, la noticia ens ha començat a arribar per diferents fonts, i molts dels comentaris que l’acompanyaven, apuntaven cap a la descripció del model social de les abelles (l’entrada “intensa” de l’article).
Aquesta suposada descripció recorda més als pamflets de propaganda ideològica que a les descripcions científiques fetes per un naturalista. Col·loca com a veritat inqüestionable els dogmes d’una certa ideologia que somnia les societats com a agregació d’individus competint entre ells. I ho fa en el àmbit d’una forma de vida que porta més de cent milions d’anys tot prosperant i evolucionant gracies a la cooperació. Cooperació imprescindible entre els integrants de l’arna (incapaços de sobreviure aïlladament, però que en conjunt constitueixen un organisme molt més complexe i adaptat). I cooperació, també imprescindible, entre polinitzadors (abelles) i espermatòfits (plantes amb llavor), que evolucionen conjuntament.
De fet, les darreres investigacions de l’evolució de les espècies estan arraconant els vells paradigmes darwinians, observant que la col·laboració inclús entre espècies diferents garanteix més èxit en la supervivència d’una espècie que la competència ferotge.
I just aquest missatge que tan està costant de reintroduïr a la nostra societat occidental, és un dels testimonis que ens aporten les abelles d’una manera explícita i concloent, en primer lloc la determinació fa mil·lions d’anys de sacrificar part la seva de l’individualitat per crear sistemes EUSOCIALS. Sistemes que han anat evolucionant i perfeccionant fins a deixar curt aquest adjectiu; ara li encabeix millor el concepte d’ANIMAL SOCIAL.
És conegut per tot qui treballa amb abelles, que cada arna té un caràcter conjunt, unes característiques pròpies que les distingeix dels eixams veïns; de fet, fins i tot comparteixen gran part de la genètica.
Aquest comportament no el marca exclusivament la mare (el que tothom qualifica injustament de ‘Reina’, malgrat ni regna ni mana). Influeix moltíssim la genètica mitocondrial o de la mare, però estan obertes a aprendre i acceptar processos i maneres d’altres abelles com podem comprovar al introduïr quadres de cria d’un altre arna (amb altres hàbits de neteja, per exemple).
Per això, aquest reportatge ens dona una de dolç (la presentació i el debat als mitjans el fet de la presència d’abelles als àmbits urbans), i una d’amargosa, al no veure reflectit a l’escrit una de les ensenyances més importants que les abelles ens estan mostrant molt clarament.
Al actuar tot el conjunt de l’arna com una sola unitat no solament han aconseguit millorar notablement la seva supervivència com a especie: també la d’altres formes de vida. Constitueixen un sistema on no es viu a expenses de la depredació si no de l’intercanvi incentivat i especialitzat, on les abelles d’una sola caixa poden recollir pol·len i nèctar de més de 10.000.000 de flors en un sol dia, pol·len i nèctar que les flors ofereixen com a ‘pagament’ per la feina sumament especialitzada que realitzen.

Las abejas sin aguijón

Las abejas meliponas o abejitas sin aguijón producen una miel muy especial y apreciada por sus cualidades curativas y nutricionales. Se les conoce también como “abejas de los mayas” porque evidencias señalan que ellos iniciaron su domesticación y las criaban en troncos llamados jobones donde hacen sus colmenas.

La miel melipona ha sido usada desde tiempos inmemoriales como producto alimenticio y medicinal, y en Yucatán existen al menos 16 especies de abejas sin aguijón. Por desgracia, la abeja Meliponabeecheii de Yucatán ha sido desplazada por la abeja europea que se introdujo inicialmente a México en el siglo XVIII a través de la Florida. En ese momento fueron poco apreciadas a causa del aguijón y picaduras que causaban, y no es sino hasta fines del siglo XIX se comienzan a multiplicar, pues se llegó a la conclusión que eran mucho más productivas que las nativas.

Los antiguos mayas tenían amplios conocimientos sobre entomología y técnicas para la crianza de la melipona, y esto lo sabemos gracias al llamado Códice Trocortesiano o Códice Madrid, el cual fue enviado a Europa durante la conquista y actualmente se resguarda en el Museo de América, en Madrid. En este documento se retratan algunos aspectos de la vida cotidiana y ritual de los mayas de Yucatán, donde se señala que tenían un dios de la miel o Ah MucenKab (el que vigila la miel).

Los científicos que han estudiado el Códice saben que fue escrito e ilustrado por diferentes escribas, y uno de ellos, el arbitrariamente llamado escriba 9, era sin lugar a duda una persona con profundos conocimientos sobre los insectos incluyendo abejas; el equivalente al entomólogo.

Ya durante la Conquista, los mayas escribieron importantes documentos como el Ritual de los Bacabes, que reúne una serie de encantamientos curativos cuyo análisis permitió conocer las prácticas chamánicas mayas.

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